Puerto oscuro
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Sinopsis
Un hombre emprende el camino desde sus orígenes hacia un futuro que es desenlace y, también, un inhóspito más allá donde no hay Dios, apenas ángeles y recuerdos. Esta travesía de ecos dantescos es el hilo que hilvana los tercetos de Puerto oscuro, una obra que, concebida como un único y extenso poema dividido en cuarenta y cinco secciones, medita en torno al flujo de la vida, los finales, y las tensiones entre un pasado tangible y un futuro siempre incierto. Con sus versos límpidos y de aparente simplicidad, Mark Strand fluye con elegancia entre lirismo y narración, dejando que la extrañeza irrumpa allí donde parece haber apenas una historia banal; mientras que con su agudo y característico sentido del humor conspira contra el dolor de la perdida y la muerte, y desbarata los impulsos elegíacos del poema. Contenida y elocuente al mismo tiempo, trascendente y capaz también de rezumar una agradable ligereza, Puerto oscuro es una de las piezas fundamentales en la trayectoria de uno de los grandes poetas norteamericanos de finales del siglo XX, al que Adalber Salas Hernández rinde homenaje con esta magnífica traducción.
“Presentar a Mark Strand es una tarea difícil porque requiere distanciarse de algo que me gusta mucho, de algo a lo que debo muchos momentos de felicidad casi física, o de su equivalente mental.” – Joseph Brodsky
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XLI
A veces, después de la cena, cuando salgo a caminar
y mirar el cielo nocturno y percatarme de que no tengo idea
de lo que veo, que la distancia de las estrellas
es insignificante y su número se encuentra mucho más allá
de lo que puedo comprender, me pregunto si el físico
ve el mismo cielo que yo, una lujosa disposición de luces,
ordenadas de acuerdo a nuestra escala, y nuestro poder para
imaginar en términos simples un espacio como el espacio
que padecemos aquí en la tierra, en este cuarto, contigo sentada
en esa silla, leyendo un libro del cual no entiendo
nada, pensando pensamientos que no puedo intuir,
mientras se acercan momentos cuya carga es un misterio.
Ah, ¿quién sabe? Ya estamos viajando más rápido de lo que
puede aguantar nuestra quietud aparente, y si la cosa sigue así,
para cuando hable ya estarás a años luz de distancia.
Traducción y prólogo de Adalber Salas Hernández. Edición bilingüe.