Como si existiese el perdón – Mariana Travacio
Un libro bello e hipnótico, duro y real
Mariana Travacio es una escritora argentina, autora de dos magníficos libros de cuentos, Cotidiano (Baltasara, 2015) y Cenizas de Carnaval (Tusquets, 2018), y de una novela: Como si existiese el perdón (Metalúcida, 2016), que se publica ahora en España de la mano de la editorial Las Afueras. Y debemos celebrar esta publicación y confiar en que no pase desapercibida porque Mariana Travacio tiene un ritmo narrativo endiabladamente desasosegante. Tiene la habilidad de atrapar al lector desde la primera frase y susurrarle una historia capaz de erizarle el vello.
Esta novela se desarrolla en un lugar inhóspito, reseco, de clima sofocante y alejado de la civilización. Y nos habla de un crimen y de una búsqueda, de una venganza y de supersticiones, de la materia con la que se fabrican las leyendas. Con una primera persona del plural, un nosotros, que dota a la historia de un halo fantástico y colectivo, avanzamos por unas tierras áridas, acompañando a hombres rudos, bebedores de ginebra y amantes del silencio, que están dispuestos a solucionar los problemas de forma violenta, a retar a la muerte y enfrentarse a ella.
La literatura gaucha tiene mucho que ver con el western, la árida pampa con las rocosas montañas donde cabalgaban los vaqueros en busca de oro o de venganza. Y las tabernas de los pueblos mineros con la modesta tasca del Tano, donde aparece un día un hombre llamado Loprete y se desencadena la tragedia, la cadena de violencia, la huida por terrenos inhóspitos, áridos, donde se duerme al raso y se calienta uno con una hoguera.
La prosa de Mariana Travacio se demora en los detalles y dota la historia de una épica que trasciende la mera anécdota para dotarla de la grandeza de las leyendas, de esas historias que aguantan en el tiempo, transmitidas de padres a hijos.
“Amanecimos todavía de noche, cerca de las cuatro. Nos quedaban tres horas para avanzar todos juntos, arroyo arriba, sin que clareara. Eso hicimos. Recogimos nuestras cosas y empezamos la marcha, a trote suave, bordeando el arroyo. ”
Cuenta Travacio con capítulos cortos y la gravedad que antecede a la tragedia, con un lenguaje preciso y poético que hipnotiza y dibuja escenas llenas de polvo y de lluvia, de hombres cabalgando decididos hacia su destino. Una elegía, un canto, un poema gaucho, como Martín Fierro, con escenas crepusculares que parecen sacadas de una historia de Juan Rulfo, o de una película de Sam Peckinpah donde la acción contenida se va espesando, acumulando tensión, hasta que llega la explosión final, la violencia esperada, la muerte que reclama la venganza.
Un libro bello e hipnótico, duro y real, cuya lectura resulta una experiencia que nos recuerda nuestra esencia humana, tan salvaje cuando se trata de sobrevivir o de salvar el honor. Mariana Travacio es una de las más interesantes escritoras que podemos encontrar en las librerías en estos momentos. La lectura de Cómo si existiese el perdón es de las que se quedan dentro, danto vueltas, durante bastante tiempo.
Miguel Sanfeliu