Sobre el/la autor/a
Blaise Cendrars. El séptimo tío: todo y nada
El canal de Panamá está íntimamente ligado a mi infancia…
¿Panamá? ¿Por qué Panamá?
Tras las peripecias sufridas en los primeros intentos de construcción del canal de Panamá, cuya idea original data del siglo XVI, en 1889 el proyecto de Ferdinand Lesseps condujo a la quiebra de su Compañía. El escándalo financiero estalla en 1892 y supone la ruina de 800.000 inversores.
Mi padre perdió las 3/4 partes de su fortuna
Como tanta gente de bien que perdió su dinero en ese crac
Mi padre
Menos tonto
Perdía el de los demás,
Disparos de revólver,
Mi madre lloraba…
El drama estaba ahí, en unas pocas palabras.
…creo sinceramente
Que el crac de Panamá es de una importancia más universal
Porque trastornó mi infancia…
Georges Sauser, fabricante de relojes y su familia –Marie Louise y los niños, Jean-Georges, Marie-Elise, Freddy– se marchan de La Chaux-de-Fonds el 14 de junio de 1894. ¿Por qué? ¿Quizás a causa del crac de Panamá? Es en todo caso la época –y no es el final– de hacer recuento de las víctimas del caso. Los Sauser llegan a Nápoles el 26 de septiembre de 1894.
Freddy tiene siete años: es el Frédéric Louis Sauser que se convertirá en Blaise Cendrars.
– Di, Blaise, le pedirá Raymone sesenta años más tarde*, cuando escucho este comienzo de Panamá, pienso en vuestra casa en Nápoles…
– ¿La casa de Nápoles?…Ah sí, la propiedad de Voméro… ¿en qué te hace pensar?
– Me hace pensar en la primera aparición de los siete tíos… ¿Fue entonces cuando tu madre te comenzó a hablar de sus siete hermanos?
– Sí, claro… Fue entonces cuando empecé a oir hablar de mis siete tíos. Mi pobre mamá recibía cartas de todos los países del mundo, y yo no esperaba más que una cosa, la llegada del cartero; para birlarle los sobres, por los sellos…
La relación con Panamá, ¿sería el crac de una vida de niño?
Este gran poema encierra los secretos. ¿Podemos descubrir las claves en las siete rutas elegidas por el poeta entre la infinidad de probabilidades que encierra, en su infancia, el devenir de una vida humana?
– Estos tíos, añade Blaise, partieron todos juntos y de común acuerdo… Eran siete. El mayor tenía dieciocho años cuando se marcharon de la casa, el menor tenía siete u ocho; y juraron no separarse jamás mientras el pequeño no hubiese alcanzado la mayoría de edad.
Todos juntos, en bloque…
…a todos mis tíos les llamo Alfred porque no habían sacado más que un pasaporte a nombre del mayor. Durante sus vidas se creó una confusión increíble debido a este único pasaporte para los siete muchachos, que continuaron llamándose todos Alfred. Cada vez que necesitaban documentos oficiales se pasaban el pasaporte, ¡y cada uno se hacía papeles americanos a nombre de Alfred!
…
– ¿Por qué se marcharon todos juntos?, insiste Raymone.
– Uno para todos, todos para uno. No querían separarse. Juraron no abandonarse jamás, hasta que el pequeño, que no tenía más que ocho años, fuese mayor. Entonces permanecieron juntos en los Estados Unidos hasta que el pequeño tuvo dieciocho o veinte años, y desde allí volvieron a partir, cada uno por su lado, cada uno en una dirección, por todos los países del mundo. Tenían un punto de contacto: mi madre, a quien todos escribían.
…
– Sabes… tengo la sensación de que casi todos los tíos se te parecen.
– No había más que uno que se parecía a mí, o más bien a quien yo me parecía mucho. Por supuesto, otro Alfred… No sé qué es lo que hacía exactamente: todo y nada.
Todo y nada.
La cuestión que obsesionará a Blaise y que planteará a lo largo de toda su obra.
– Di, Blaise, ¿por qué has mezclado siempre Panamá en la historia de tus siete tíos, si en el fondo ninguno de ellos fue allí?
– Ninguno de ellos fue a Panamá, porque Panamá aún no existía en esa época. Panamá nació mucho más tarde, con las especulaciones de Lesseps…
Con los acontecimientos que trastornaron la vida de Freddy.
Entonces, Nápoles, siete años y siete destinos posibles.
Pero sólo uno que será vivido: el del séptimo tío.
1896: la familia Sauser regresa a Suiza. Basilea, Neuchâtel… Alfred… perdón, Freddy, hará mil trapisondas, fugas, faltas de disciplina, ausencias de la escuela, paseos en velero por el lago… y después tres años en Rusia, Moscú, San Petersburgo… bulimia de lecturas y el gusto por la escritura. Berna, estudios… viajes… Parte para América.
Ahora él se sabe poeta.
Será todo nacido de nada.
…Echad mi infancia por tierra
Poned una estación en su lugar…
Me he hecho un nuevo nombre…
El séptimo Alfred llega a la mayoría de edad y encuentra su nombre: Blaise Cendrars.
De la nada al todo. Y viceversa.
De regreso de Nueva York a París en junio de 1912, en su maleta trae los trabajos de su estancia en América: manuscritos, proyectos de libros, poemas: Pascua en Nueva York, después escribirá la Prosa del Transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia…
Aquí está su camino, su dirección: los grandes poemas, como leyendas secretas.
En la primavera de 1913, en la buhardilla del número 4 de la calle Saboya, en el distrito quinto de París, se amontonan manuscritos, carpetas, y la gruesa guía de trenes de América; y sobre una carpeta fabricada con un grueso cartón pardo, un título: Panamá o las aventuras de mis siete tíos, y una fecha: poema comenzado en octubre de 1912.
Es el tercer gran poema. Se terminará en junio de 1914.
En 1918… tras el terrible revés de la guerra donde, voluntario, pierde el brazo derecho, Blaise Cendrars encuentra un empleo: asesor literario de Editions de La Sirène. La ocasión viene de perlas.
En La Sirène se edita, sorprendente creación, un librito que se pliega como una guía de ferrocarril o un mapa de carreteras, ilustrado con 25 itinerarios de trenes americanos. El pintor Raoul Dufy diseña y realiza la doble tapa en color. Es Panamá o las aventuras de mis siete tíos.
Miriam Cendrars
NORTE, SUR, ESTE Y OESTE DE FABIO ZIMBRES
FZ es el inventor de las ediciones Tonto.
FZ es el editor de la colección Mini Tonto.
FZ pudo haber llamado a su editorial con muchos otros bonitos nombres, pero no lo hizo. Si alguna vez le dedican una estatua en un paseo de jacarandás resultará comprometido poner un texto a esa placa.
FZ no parece preocuparse mucho por las estatuas, es cierto. Prefiere usar las piernas, andar los caminos.
FZ es un hombre discreto, seguramente tímido, con gafas, y –por acabar con el tema– las estatuas con gafas no resultan bien. Si la estatua es de piedra, el retratado pierde los ojos detrás de dos rocas. Si la estatua es de bronce, la gente le roba las gafas, más que nada por fastidiar. Y no hay nada más desamparado que una estatua sin gafas en medio de un paseo de jacarandás.
FZ dirige en efecto las famosas ediciones Tonto, pero nada de lo que se publica en ellas es tan tonto como el comentario precedente.
FZ también tiene biografía: nació en São Paulo. Pasó su infancia en Brasilia. Estudió arquitectura, dibuja historietas, trabaja en producciones de dibujos animados, hace diseño gráfico, organiza exposiciones, estudia –de cerca– al ser humano.
FZ ganó el concurso de tiras de A Folha de São Paulo y como premio estuvo un par de años publicando su serie «Vida Boa» en ese diario.
FZ cuenta que una vez un lector escribió a Folha para protestar por la publicación de «Vida Boa». El lector se lamentaba: «No necesitamos una tira cómica como ésa, la vida ya es bastante deprimente».
FZ publicó una selección de sus tiras –edición de 100 ejemplares– con el siguiente encabezamiento: «La buena vida es un deber de todos».
FZ firma FZ.
FZ vive en Porto Alegre, la ciudad de los presupuestos participativos.
FZ es un gran guía de Porto Alegre: al pasar por determinado lugar señala a los visitantes la casa donde tenía su negocio aquella famosa carnicera que fabricaba salchichas con carne humana.
FZ conoce a todos los parroquianos del Osip, un bar de la calle República frecuentado por dibujantes al que se asoman las más dulces muchachas.
FZ bebe cachaça con moderación.
FZ no bebe cachaça con moderación.
FZ bebe moderación con cachaça.
FZ nació en 1960, según sus biógrafos.
FZ, según sus biógrafos, nació con un bolígrafo.
FZ dibuja sobre cualquier clase de papel. Incluso sobre cualquier superficie. Perfora incluso las superficies.
FZ llena cuadernos y cuadernos de dibujos.
FZ llena habitaciones enteras de cuadernos llenos de dibujos.
FZ llena casas enteras llenas de habitaciones llenas de cuadernos llenos de dibujos.
FZ dibuja todas las cosas del mundo. «Mundo» es también su palabra favorita.
FZ dibuja en los aviones.
FZ dibuja también, imperturbable, mientras la aeromoza explica cómo entretenerse con algunos dispositivos interesantes y llenos de cierres en caso de que al avión se le incendien los motores.
FZ siempre sonríe, lo que le convierte en una persona muy sospechosa en cualquier lugar.
FZ es un copista medieval que ha enloquecido.
FZ es un humorista presocrático.
FZ dibuja perros que hablan.
FZ parece una persona seria hasta que uno ve a qué se dedica.
FZ es un genio.
FZ hace decir a una tierna niña en una historieta: «Me parece que sí, que uno puede ser un tipo angustiado, devastado por incertidumbres y asimismo parecer feliz».
FZ es uno de los pocos artistas del mundo que lee libros y es capaz de comprenderlos.
FZ es amigo del famoso Allan Sieber, el creador del manifiesto Dogma aplicado a los dibujos animados.
FZ es amigo de Alemão Guazzelli, el célebre autor de Cidade Nanquim, una ciudad de tinta china que crece año tras año y ya es casi una patria, un lugar para habitar durante el sueño.
FZ tiene demasiados amigos bohemios. Todos ellos suelen exponer en un lugar llamado Museu do Trabalho.
FZ tiene un primo bibliotecario en São Paulo. En esa biblioteca casualmente existe un ejemplar de la edición original de Panamá o las aventuras de mis siete tíos, diseñada por Raoul Dufy.
FZ es un artista moderno, como sólo puede ser moderno un brasileño.
FZ admira el arte gráfico japonés.
FZ es un brasileño japonés.
FZ hubiera hecho buenas migas con los grafistas y animadores checos admiradores de Kafka, del Golem y del robot (palabra inventada por el checo Karel Capek).
FZ es un checo japonés.
FZ escribe mejor que dibuja, según algunas opiniones.
FZ no distingue entre escribir y dibujar, según otras opiniones.
FZ no escribe poemas que se sepa, por eso quizá tiene tantos amigos. Entre ellos, algunos poetas.
FZ ha leido a Osip Mandelstam, el poeta ruso que da nombre al bar de la calle República, y a Blaise Cendrars, el poeta que dedicó su libro Panamá a un barman de Matachín.
FZ, como Blaise Cendrars, ha aprendido a viajar en los libros.
FZ y Blaise Cendrars hubieran podido juntar sus nombres –«Cendrars & Zimbres»– en un cartel circense.
FZ expondrá algún día con Fernand Léger, el gran amigo y colaborador de Cendrars, en el Museu do Trabalho. A Léger le hubiera gustado un museo con ese nombre.
FZ es un tipógrafo salvaje que ha aprendido su arte en los impresos efímeros y en los grabados populares.
FZ empezó a estudiar bellas artes cuando ya era un artista. Su primer trabajo como artista licenciado fue un libro sobre sus libros de artista.
FZ también realizó una colección de serigrafías sobre los trabajos de Hércules. Aquí el artista le ganó la partida al héroe, porque fue capaz de repetir sus proezas invirtiendo mucho menos esfuerzo. La serie, como no podía ser de otra manera, lleva por título «Las vacaciones de Hércules».
FZ ama desesperadamente la vida boa!
FZ dibuja con lápiz y con tinta y con todo, y después mete sus dibujos en el ordenador y los somete a un centrifugado. El resultado lo mismo puede ser un platillo japonés que un tifón del Caribe.
FZ ha conseguido que su ordenador le obedezca. Sólo por eso, merece ser respetado. Pero no, nada de estatuas.
FZ se queda meditando algunas tardes acerca de la conveniencia de añadir o suprimir una rayita en la descripción de un oleaje con resultado de naufragio.
FZ es tan hábil que da la sensación de que dibuja sin manos.
FZ utiliza las mismas herramientas con que los cartógrafos trazan sus mapas.
FZ sabe que el mapa es siempre un dibujo. Y cada dibujo un mapa.
FZ a veces se pierde en sus propios dibujos y permanece allí durante semanas sin que nadie consiga encontrarle.
FZ quisiera que sus dibujos para el Panamá fueran conocidos por los niños, aunque no está seguro de que sea un libro para los niños.
FZ no está seguro de que el mundo sea para los niños.
Herrín Hidalgo