El minuto y el año
Reseña de Eve Ferriols
17,50€
Sinopsis
«Mirar y pensar son dos cosas diferentes», dice Antonio Cabrera en este libro. Pero uno tiene la impresión de que toda su obra, la que ha escrito en prosa (El desapercibido) y la que ha escrito en verso (En la estación perpetua, Tierra en cielo, Piedras en el agua, Corteza de abedul) es un intento de unir ambas acciones.
Antonio Cabrera discurre en estas páginas, nacidas sin prisa ni necesidad, por el tiempo (el año de la tierra, el minuto de la luz), como si fuera un lugar; lo mira como si fuera un paisaje. Así, espacio y tiempo, las dos coordenadas de la vida humana, adquieren un nueva dimensión, abarcable solo por la mirada del poeta o el discurso del filósofo, ahora devuelto al lector con un lenguaje luminoso y firme.
Cabrera nos habla de cosas sencillas, cosas muchas veces vistas o sentidas (ver volar vencejos, colgar un cuadro, buscar espárragos o poner la lavadora), y no solo las renueva ante nuestros ojos sino que les da una dimensión distinta. Sus palabras nos incumben porque hablan de partes de nuestras vidas a las que nunca les hemos dedicado una fracción de pensamiento.
¿Por qué te lo recomendamos?
El minuto y el año. Antonio Cabrera. 2018
Por Eve Ferriols
La publicación de esta nueva edición revisada de El minuto y el año de Antonio Cabrera es una magnífica decisión por la que me gustaría felicitar a la editorial Pepitas.
Porque a pesar de tratarse de artículos publicados en la prensa diaria no han perdido ni un ápice de interés ni vigencia. Como en toda la obra de este autor la sabiduría, la elegancia y una mirada lúcida dirigida al mundo más inmediato y a la vez más intemporal impregna todo lo escrito. La calidad, el cuidado con el que están elaborados cada uno de los textos los acercan al resto de la obra de Antonio Cabrera, a sus libros de poesía: En la estación perpetua, Con el aire, Piedras al agua, Corteza de abedul… a los fragmentos publicados por esta misma editorial con el título de El desapercibido y a Gracias, distancia, libro de aforismos recién editado por Cuadernos del vigía.
Los artículos recogidos fueron escritos y publicados en la edición valenciana de ABC a lo largo de tres años, entre el otoño a 2003 y el de 2006, y para Antonio Cabrera, como sabrán quienes lo hayan leído, el otoño es una época del año de un valor especial. Los temas elegidos no se separan demasiado de los del resto de la obra de Antonio y, por tanto, poco tienen que ver con el contenido habitual de los periódicos. No se centran en la actualidad política, ni en las noticias más comentadas de aquel momento. Son artículos eminentemente literarios que dirigen la mirada hacia el mundo que realmente nos rodea, y hacia cómo nos situamos, cómo vivimos nosotros dentro de ese mundo, en el que no siempre reparamos como merece.
La mirada de Antonio se vuelca hacia fuera para iluminar aquello que menciona y procurar que detengamos un momento nuestra atención sobre el paisaje sea urbano o natural, el paso del tiempo y las estaciones, los pájaros cuyos cantos escuchamos sin saber sus nombres, los objetos cotidianos que nos rodean en casa y de todas estas cosas y de nuestra relación con ellas nos muestra algún detalle revelador.
No son este asuntos nuevos en la escritura de Antonio, aparecen en su poesía y en sus fragmentos y aforismos. De lo que se trata, finalmente, es de percibir, de considerar la distancia, de pensar la relación entre el yo y el mundo, un enigma central en el conocimiento y en la vida misma al que la filosofía le ha dedicado miles de páginas sin llegar a resolverlo, a agotarlo. Estos artículos no tratan de elaborar teorías sino de apuntar hacia ángulos en sombra, de señalar algunos matices de cuanto nos rodea, de cuanto nos sucede en los que habíamos reparado. El enfoque se desplaza desde lo puramente especulativo al detalle vital, al mundo cotidiano en el que todos nos podemos reconocer. La realidad del mundo, del yo y de la relación entre ambos parece escurrirse entre las manos de aquellos que buscan agarrarla con firmeza, definirla con claridad en sus contornos. Quizá solo se la pueda alcanzar parcialmente, en visiones fugaces e incompletas como en un juego infantil, te atrapo un momento y te suelto enseguida. Con eso hemos de conformarnos y celebrarlo en lo que tiene de aventura apasionada.
La luz, las sombras, el tiempo, el silencio, los sonidos cotidianos, las paredes de nuestra casa, los insectos, los viajes en automóvil, los pájaros, la música, el frío, el otoño, el mar entre muchos otros se convierten en elementos significativos en este proceso de reconocimiento de límites y posibilidades. En estos artículos se muestran las insospechadas relaciones entre unos y otros, y son esos juegos e intercambios los que producen una chispa, una nueva forma de mirar, de sentir.
Los textos se ordenan en tres capítulos: Sol amarillo, hierba verde, Bestiario y La sombra propia agrupando artículos de temática cercana pero todos ellos giran alrededor de las mismas preguntas fundamentales, realizadas eso sí desde lugares distintos y a veces enfrentados.
El minuto y el año es una invitación a explorar, a recorrer el mundo conocido desde una actitud y una mirada distinta que nos permitirá revelar las certezas y contradicciones que entraña nuestra manera de estar o de ser en el mundo y de percibirlo. Realizar ese viaje guiados por él es un placer y un privilegio.