Ribera y yo
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Sinopsis
Josep Ribera (1591-1652) está considerado uno de los más grandes pintores del Barroco. De su infancia y formación es poco lo que se sabe: solo que nació en la población de Xàtiva, próxima a València. El mismo lugar, precisamente, donde abrió los ojos al mundo por primera vez el pintor Artur Heras, quien confiesa que podría escribir la historia de cada nombre y de cada casa de su pequeña ciudad.
A ambos artistas los separan más de 300 años, por lo que no vieron pasar las mismas nubes; sin embargo, permanecen unidos por un hilo muy poderoso: esa línea, larga o corta, que traza la mano valiéndose de cualquier instrumento sencillo y que siempre nos sorprende cuando se convierte en dibujo.
Heras ha decidido pasar una temporada al lado de su paisano Ribera. Juntos han recorrido silenciosos museos, se han perdido por calles bulliciosas y han acabado sentados en la cima de un volcán. Después de conversar sobre esto y aquello, se han ido a mirar el mar. Este libro, que habla de muchas cosas, recoge algunas de las impresiones de ese viaje.
Según la geometría proyectiva que fundamenta matemáticamente la perspectiva renacentista, dos puntos definen una recta y todo par de rectas se cortan en un punto. Cuando dos rectas son paralelas se dice que se encuentran en un punto del infinito conocido como impropio.
La perspectiva es una técnica de dibujo mediante la cual se consigue provocar el efecto de lejanía y profundidad, y, por tanto, de volumen, de realidad. En el Barroco, Josep Ribera se sirve de ella para acentuar el dramatismo de las escenas que pinta. Artur Heras, excepcional dibujante, igual que aquel, la emplea para acercarse a la vida y la obra de su paisano más ilustre. En este diario, los periplos vitales de ambos setabenses confluyen en un punto impropio que solo la imaginación está en condiciones de representarse verosímilmente.
Si Plutarco inventó el género literario de las vidas paralelas, estableciendo analogías especulares entre un griego ilustre y un romano egregio, Heras ha creado en estas páginas el de las vidas perpendiculares, es decir, aquellas que se cortan en un punto del infinito accesible solo mediante la fantasía. Este libro es el cuaderno de bitácora de ese viaje insólito y fascinante.
Anacleto Ferrer