La selección de María Fasce, directora literaria de Lumen
UN CUARTO PROPIO de Virginia Woolf
La inteligencia y la ironía de Woolf nos ilumina hoy con la misma fuerza que en su tiempo. Para escribir, al igual que para vivir, las mujeres necesitamos un cuarto propio. Ese cuarto propio sigue siendo la metáfora perfecta de todas las conquistas realizadas y por realizar del feminismo. Para leerlo y releerlo una y otra vez.
Traducción de Jorge Luis Borges
FICCIONES de Jorge Luis Borges
Borges es siempre superior al recuerdo de Borges: basta con volver a leer cualquier cuento de este libro tan citado. No ganó el Nobel, pero García Márquez descubrió leyéndolo que el lenguaje podía emocionar tanto como la historia. El último autor que cambió nuestro modo de leer y de escribir.
LÉXICO FAMILIAR de Natalia Ginzburg
«Aunque esté basado en hechos reales, me gusta pensar que Léxico familiar va a leerse como una novela, pidiéndole a este libro todo lo que solemos pedir a la ficción.» Así se expresaba Natalia Ginzburg hablando de este magnífico texto que cuenta su infancia y su juventud, y donde aparecen los nombres reales de parientes y amigos, entre ellos Cesare Pavese y Elio Vittorini.
Admirada y venerada por autores como Elena Ferrante, Rachel Cusk (“Ella nos dio un nuevo modelo para la voz femenina”) o Italo Calvino, Ginzburg hizo de la hoy llamada autoficción altísima literatura. Ternura, humor y emoción, y una frase grabada a fuego: “El silencio es una enfermedad mortal”.
Traducción de Mercedes Corral.
AMIGOS Y AMANTES de Iris Murdoch
Una de las mayores escritoras de lengua inglesa del siglo XX, cuya influencia se encuentra en autores como John Banville.
Una novela divertida y profunda a un tiempo, y con un elemento de suspense que explora con maestría los temas que desde siempre han preocupado a la autora: el amor, la amistad y la perversa frontera que separa el bien y el mal.
Traducción de Andrés Bosch.
¿QUIÉN TE CREES QUE ERES? de Alice Munro
“Quisiera que mis relatos tuvieran que ver con la vida, que la historia conmueva de tal modo que el lector se sienta una persona distinta tras la lectura”, declaró una vez la Premio Nobel canadiense. No hay más que leer este libro para darse cuenta de que cumplió con creces su objetivo.
Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino.